Tengo 25 años. Los próximos tres años pueden ser los últimos que trabaje.
No, no estoy enferma, ni me voy a convertir en ama de casa, ni he ganado la lotería. Simplemente, trabajo en Anthropic, una de las empresas más punteras en inteligencia artificial del mundo, financiada por gigantes como Amazon y Google. Así comienza la carta viral de Avital Balwit, chief of staff del CEO de Anthropic, donde esboza sus ideas sobre el futuro del empleo en un artículo de opinión para Palladium Magazine.
Al borde de un desarrollo tecnológico revolucionario
La inteligencia artificial (IA) está a punto de cambiar el panorama laboral tal y como lo conocemos. La visión de Balwit es clara y provocadora: “Nos encontramos al borde de un desarrollo tecnológico que, si llega, acabará con el empleo tal y como lo conocemos.” Esta afirmación no es simplemente una predicción apocalíptica, sino una reflexión fundamentada en la rapidez con la que los modelos de IA están evolucionando.
La reacción de los trabajadores del conocimiento
La respuesta general de los trabajadores del conocimiento ante el avance de los modelos lingüísticos de IA es de negación. Muchos se aferran a los pocos ámbitos donde estos modelos aún no han penetrado, en lugar de reconocer la creciente cantidad de tareas en las que ya han igualado o superado las capacidades humanas. “Muchos dirán que los sistemas de IA aún no escriben libros que ganen premios literarios ni patentan inventos. Pero resulta que la inmensa mayoría de la humanidad tampoco hacemos esas cosas”, señala Balwit.
La carrera armamentística de la IA
El objetivo común en el campo de la IA es desarrollar un sistema capaz de realizar cualquier tarea humana. Balwit cree que estamos cerca de alcanzar este objetivo debido a la intensa “carrera armamentística” actual en el desarrollo de IA. La comparación relevante no es si la IA puede superar a los mejores humanos en ciertas tareas, sino si puede superar al humano promedio que realiza esas tareas cotidianamente. “Aunque a día de hoy los sistemas de IA aún no desarrollan largos y complicados programas informáticos ni complejas fórmulas matemáticas por sí solos, seguirán mejorando en todas las tareas cognitivas a una velocidad exponencial”, argumenta Balwit.
El trabajo como forma de transferencia de riqueza y recursos
Hasta ahora, el trabajo ha sido la forma principal de transferir riqueza y recursos, además de ser un medio para establecer conexiones sociales, otorgar estatus y sentido de pertenencia, y garantizar la estabilidad política de un país. Sin embargo, la IA plantea un desafío monumental a esta estructura. ¿Cómo debemos afrontar un escenario en el que la inmensa mayoría de las tareas remuneradas en el mercado laboral actual puedan ser asumidas por la IA?
Reflexiones sobre el futuro del empleo
El avance de la IA no solo transformará sectores enteros, sino que también redefinirá lo que significa trabajar. La perspectiva de Balwit no es de desespero, sino de adaptación y previsión. “Es más pertinente que nunca tener en cuenta que, aunque a día de hoy los sistemas de IA aún no desarrollan tareas extremadamente complejas de forma autónoma, su capacidad para mejorar a una velocidad exponencial significa que debemos prepararnos para un futuro donde el trabajo humano como lo conocemos sea radicalmente diferente”, advierte.
La encrucijada de la humanidad
En este punto crucial, la humanidad se encuentra en una encrucijada. La posibilidad de que la IA asuma una gran cantidad de tareas cognitivas y laborales plantea preguntas sobre cómo nos organizaremos como sociedad. Debemos considerar nuevas formas de distribuir la riqueza y redefinir el valor del trabajo humano en un mundo donde la IA puede realizar muchas de las tareas por las que actualmente se paga a las personas.
La carta de Balwit es una llamada a la acción para todos nosotros. No se trata solo de prepararse para un futuro con menos empleo humano, sino de replantearnos la estructura misma de nuestra sociedad y economía. La inteligencia artificial promete revolucionar el mundo laboral, y es nuestra responsabilidad asegurarnos de que esta revolución conduzca a un futuro más justo y equitativo para todos.
En conclusión, mientras nos preparamos para este cambio monumental, debemos centrarnos en cómo la IA puede complementarnos en lugar de reemplazarnos. La colaboración entre humanos y máquinas podría ser la clave para desbloquear un futuro en el que la creatividad, la empatía y la innovación humanas se vean potenciadas por la inteligencia artificial, creando así un mundo mejor y más inclusivo.
